Vergüenza de la estulticia ajena nos da... Si fuese cierto

Oigo mientras salgo de mis "dependencias" (suena de lo más pomposo llamar así a los tristes habitáculos) a las de mi madre en las que domina la televisión en los programas más estultos que una pueda imaginarse, "lo único que hay en la tele", dice ella, tampoco es que, aparte de documentales que brillan por su total ausencia en la televisión de acceso común a los desheredados, haya nada más digno de ver; oigo en ese programa infame (ni a calificar acierta una a lo que no debiera ni existir) "Sálvame" llamado, antónimo perfecto de la "Perdición" que es su nombre (perdición de las mujeres, no únicamente de los hombres como la folklórica canción entona); oigo decir a uno de los tipejos que allí exhiben su cotidianidad más estúpida tomada como formato de éxito en los programas televisivos, esa cotidianeidad más ruin no acabada aún de desterrar en los pueblos y los barrios bajos, del cotilleo más bochornoso haciendo las veces de noticia; le oigo escupir por la boca con no disimulado júbilo: "¡Gracias a todos los que han hecho que mi blog sea el más visitado en Google!"

Ya lo tenemos aquí: Si esto, las perdiciones cotilleantes (ataques tanto al intelecto como a los mismísimos derechos humanos: nadie debería estar sometido a este imperio, sobre todo las mentes de los niños y ancianos, y tantas desgraciadas mentes de adultos sin seso, de la degradación más vil de la vida) que por salvaciones se tienen, es lo más preferido aquí, DONDE HUBIÉRAMOS DEBIDO VENIR A HACER OTRAS MUCHÍSIMAS COSAS COMO LAS DE CAMBIAR EL SUCÍSIMO MUNDO EN EL QUE ESTAMOS A TODOS LOS NIVELES... Apaga el internet también; y vámonos.

Eso que debí yo hacer desde el primer año que por aquí estuve, y quizá hubiese aprovechado los últimos años de vida que me da la existencia (existencia que, por tantas razones, jamás debió de ser escrita, no nos merecíamos mundo como éste, haber venido aquí para esto: conocer únicamente cómo nos destrozaron, de qué modo ruin nos redujeron a la inexistencia del silencio) cual el único favor ineficaz que de estrambote nos presta. Y me hubiese ahorrado el enfrentamiento innecesario con poetas e infrapoetas que consideran lo sexual y sus trapos limpios o sucios, no sólo de dominio exclusivo de blogs sino de la mismísima poesía, cual si el ser persona no fuese más allá de estar todo el día pensando en meneársela, o meneárselo (masculino y femenino del asunto), todo ello dicho con la sublimidad o el naturalismo que se quiera; que no fuese más que eso (meneárselo, meneársela, órganos de la generación o lo erógeno y el ego así en abrazo indisoluble unido) PARA PLACER, más que el de ellos, "poetas" a las seis en punto o las doce y media de la verticalidad de su ego-erógeno, DE CUANTOS PODERES EN EL MUNDO Y SUS PAÍSES ESTÁN ENCANTADOS CON LA EXISTENCIA DE LOS INFINITOS "SÁLVAME" COMO PROGRAMAS DE ENTRETENIMIENTO DE MASAS (nunca jamás mejor llamado al atontamiento y el adoctrinamiento más repulsivos, ni los Hitler llegaron a tal degradación) ¡O CON QUE LA POESÍA Y SUS VERDADES Y SUS HONDURAS SE DEDIQUEN AL MENEÁRSELA MENEÁRSELO!

...Apaga; y vámonos. Y hasta juro, oh madre de mi madre que por dicha no reducen tus últimos años a este basurero, mucho más que síndrome de diógenes, televisivo, que todos cuantos poetas o aspirantes a lo mismo ego-erógenos hubiere, ellos sí serían nuestra salvación, si la salvación viene de que esta gentuza televisiva también posea blogs y sean los más visitados (o mejor trampeados informáticamente para lo mismo: para la obtención de esos resultados)

Alguien con quien nos enfrentamos por aquí, uno de esos tantos poetas ego-erógenos que decimos, con más seso o fortuna o vida que una, se fue. Y ganas dan de gritarle "¡Vuelve!". Todo fuere porque los blogs de politiquillos de cuarta fila, aunque al poder se encumbren (quito el de Rosa Díez, una de las pocas personas que en política nos merecen un poco de respeto, todo por aquello de tirarles a la cara a los politicastros de los dos partidos alternantes-criminales en el poder aquello de la degradación en la que durante treinta años, los mismos que Franco en su dictadura, o casi, han sumido la vida de todos los españoles, tanto de los delincuentes que explotando a España no quieren ser españoles como las de los desgraciados que sí lo queremos ser PUES SOMOS y hemos tenido que aguantarles y ofrendar e hipotecar a la prosperidad de unos cacos nuestra entera existencia, tanto mental como de la más primaria subsistencia), y los de esta gentuza, que la vida política o comunal degradada encumbra a las famas televisivas, no fuesen... "los más visitados".