Justicia quiero, no tanta justificación del hambre. Hubiera debido decir Yavé para dejar claro su correspondiente: "Justicia quiero no

sacrificios", que parece no haber entendido absolutamente nadie de cuantos son causa del hambre pues de las injusticias.

Prosigamos salvando de nuestros apuntes, diarios, memorias, cuadernos, las más de las veces garabateados pues parecen escritos como sobre una silla de montar, aunque nada de caballos, nunca me diera el bolsillo para eso, más bien asno, y éste alquilado nada de en propiedad como sí el Platero para el Juanra:

Quiero pago idéntico
-continúa Yavé-
a idéntico esfuerzo y sacrificio
(Un Yavé muy por los derechos de la mujer me parece éste)
¡Mejor dicho!:
Quiero que se pague, o que cobre el que de verdá se esfuerza
y según su esfuerzo así su salario,
nada del parásito cobrando idéntico del compañero
sólo por derecho de proximidad o aprovechamiento del esfuerzo d'él.

Señor al que publican libros,
-cuánto tiempo irá en masculino esto que hasta el momento final,
me temo- (dice Yavé para sí)
comparta su editorial con, sobre todo las, silenciadas,
para que el día de mañana no se pueda decir que colaboraron al silenciamiento,
como colaboraron en la comisión de tantos otros delitos
de que los aceptaron o los encubrieron...
El delito mayor: hablar el que no sabe,
hablar el que debió estarse callado si su hablar, o escritura,
sirvió para esas comisiones de silenciamiento
y otras tantas, y son todas, comisiones de injusticias.

Y Yavé concluye, sólo por esta entrada:

-Esta es mi ley, ésta la primera de todas,
pues el Verbo lo hizo todo y sin él nada se hizo...
¡Y no se dirá, coño, que mi lenguaje creativo
consistió sólo en eso:
Venga y venga hablar el que no sabe,
tomarse para sí la palabra,
y callar el que sí,
para acallar al que sí,
para no dejarle ni hueco en el pupitre de los escribientes
como si yo hubiese contratado en exclusiva al torpe o criminal
para escribir mi biografía!
Los hechos de Yavé son mucho más extensos
que estas cuatro novelas de adocenamiento y terror
que redactan cronistas y juglares
pagados por seculares poderes
que conmigo se han de identificar para seguir ejerciendo.

He dicho.

Y muy bien Yavé hubieras dicho, por una vez muy bien, si a mí y a otros silenciados nos hubiesen dejado redactar.