
Entonces.
Y a vos
y a mí.
Pero si juran ser sueños hasta su muerte,
de propia voluntad,
no dejar de formularse
por más que todo-os se empeñe-n
que en no cumplirse reside su lugar,
esa su muerte que no vendrá jamás
algo tan inmortalmente triste....
no es nada por lo cual pueda proclamarse nadie inocente.
Eso es el mundo, ese exacto lugar:
la oscuridad mientras nos empeñamos en seguir nombrando la luz.