¿Cuánta escritura nos dejarás corazón rescatar, o cuánta nueva rabia echar fuera, cuánto nuevo escalofrío de admiración o asombro?

"Decíamos ayer", que dijo el que juzgase a Lucrecia de León (http://ofertopoesiasilacriminalidadmedeja.blogspot.com/2009/02/damos-las-gracias-carmen-porter-de.html ) el Fray Luis de ídem que la juzgase inquisitorialmente como luego también sería él juzgado. Donde las dan, las tomen, que decía mi abuela tartésica gaditana.
Decíamos ayer:

Decir las cosas
sin que importe mucho el tiempo
o la causalidad tan querida por Einstein
y compadres teólogos con su dios por origen,
dios como mecanismo de relojería
como la curvatura gravitatoria del espacio-tiempo
¿?,
decir así,
este es mi discurso;
¿quizá la incoherencia demente?,
desde luego el sin método que a las alcantarillas de la inexistencia conduce,
¿incoherente de que pudiese significar asombro-mundi
si respeto alguno alcanzásemos,
incoherente pues el caudal subterráneo apodado poesía
dejó de significar, si alguna vez significó algo?
Y sin esfuerzo para reconocerlo, dejó de significar,
todos al parecer alabando lo que apartan como apestado,
lo que apartan por inutilidad.
Dejó de contar rezumar,
que nadie quiere destinos tan arrancados del fondo,
que es mejor petróleos
puestos a hundirnos en algo.

Así que no se me ofenda su estructurado lenguaje,
su metódico, su prosa a todos los niveles,
si ven aparecer aquí efectos de lanzallamas
abriendo camino a causas
no menos desconcertantes.
Siempre despista un poco
ver tratados los orígenes de manera no apropiada,
que me lo digan a mí.

Yo, desde el futuro,
con mi oficio de contar cargada
como un criminal buscando explicaciones,
delitos cometidos que así me tienen
en estas condiciones
de muerto casi vivo
de vivo sin esperanza alguna.

Me valoro demasiado.
El pago que reconozco justo para unos atributos,
sufrimientos, pulirlos, darles uso,
hacerles hablar como a los muertos que se estuviese resucitando,
es.... UN ROSTRO.
Un Amor mirándome
desde Dios mismísimo
(Y parece ser que me cumplieron este pago Alejandra Pizarnik,
digo hoy a lo que decíamos ayer)
Sé que soy, por tanto,
un muerto casi vivo,
un vivo sin esperanza alguna.
Os reconozco demasiado vacíos para devolverme UN ROSTRO;
os reconozco de la suficiente capacidad
para despilfarrar bienes de otros
sin importaros para nada cuentas
que éstos jamás podrán pasaros
a niveles de vuestro mundo hoy
que es lo único que al parecer importa.