¡Al fin sé quién soy!

: Soy el gato de Schrödinger
................................................Somos

La teoría cuántica aplicada
al escritor fracasado
o escritor sin oportunidad.
Y por extensión:
al resto de las humanas
ocupaciones destinos.

Soy el gato de Schrödinger.
El que se decida a observarme
se encontrará con una de estas dos cosas:
gato muerto, gato vivo
(Yo creo que Schrödinger plagió nuestra zarzuela "El rey que rabió"
"...el perro está rabioso, o no lo está.
Y de esta opinión nadie nos sacará",
que canta el coro de doctores)
De las dos formas estoy, soy:
He muerto ya, pero vivo;
vivo, pero soy un muerto
(¡Es lo mismo! ¿Acaso no se dan cuenta estos doctos de hoy día?)
Cada ojo que me mire acertará en lo que vea:
gato muerto; gato vivo.
.....
O lo son mis electrones.
Soy una realidad construida
de gatos muertos...
o gatos aún con vida.

7 vidas tiene el gato,
que se dijo
(Y también plagian de aquí su Física heptadimensional)
Sabiduría popular anticipa a ciencia cuántica.
Debieran investigar más a fondo la posibilidad del siete
no sólo en las dimensiones,
siete balas mágicas y no un solo highs.
Y a lo mejor este número mágico nos cuenta
más posibles vidas del electrón que las descubiertas
dándote por vivo-muerto
en esquizofrénica superposición.

El electrón se comporta como si cada electrón fuese todos los otros.
¡Al fin soy un electrón!
Digo ¡Un gato!
Lo que se sufre hasta descubrir la propia identidad.
Soy un gato que soy todos los demás.

Pues menuda suerte, le digo ahora a mi poema de "Lucifer -Luz Género-"
¡Si soy todos los demás
¿dónde está el que yo engañe con phisings o falsos phisings,
que dañe, robe, difame, la dignidad de otros
mediante esos procedimientos informáticos,
o tantos otros que da la vida?!
¡¿Dónde está el que yo robe, mate, publique,
me dé la gran vida a expensas del sufrimiento de otros?!
La Teoría Cuántica es un puto engaño, como siempre me temí;
aunque no es mejor su contraria o las "fantasías" de Einstein.
También la sucia iglesia, todas las sucias machistas impresentables religiones,
vienen a decir lo mismo que la estupidez cuántica:
Cada uno es el pellejo de los demás,
no hagas a los otros lo que no quieres que hagan contigo
no sea que te caiga encima
como el que escupe al cielo.
¡¿Dónde está que les caiga encima su sucio escupitajo,
dónde el que les roben, les difamen, arrastren su dignidad,
se cobren su vida entre risitas o risotadas?!