"La rebelión es mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos" Alejandra Pizarnik-en esta vida

"Solo veo rosas" Alejandra Pizarnik-más allá de esta vida-

Solo soy pura rebelión, vino a decir... aunque no sola estás

Vos no está sola. Y esta rebelión se hará. Y no desde la soledad. No desde cuatro gatos somos y por eso nos pisotean. ¡Una ola de Rebelión vendrá que tambaleará los cimientos podridos de estas sociedades!



jueves, 20 de marzo de 2008

Me estoy alargando como un poema dedicado al océano, dijo

Dijo Alejandra. ¿Estaría pensando en el poema de sor Juana Inés, décima Musa, poema de Juana de Asbaje en el siglo? El peor de todos, o todos los peores de ella cuando pretendiese imitar a los maestros de las feas letras de la madre patria de entonces, los Góngoras y otras fertilidades prescindibles, incluido Cervantes y sus innúmeras mediocridades o novelas, incluido al que yo más estimo, Lope, por su fértil verboteo, ni que me importe un comino lo que diga, dijo; sobre todo a los Góngora, tan admirado como fue siempre de cursis culteranos, poetas inútiles, y me importa tres reales si le propino una patada a la entera única generación que al parecer hemos tenido, 27 y quitados algunos versos de Hernández, salvaríamos alguno de Salinas antes que Lorca, ¿tan prescindible? Bueno. Al menos a mí me sobra todo, pues he de contentarme con nada.

Pero he venido aquí a contar que escucho la épica música de E. Morricone para filmes latos del guarrindongo oeste filmados por italianos en la Almería de entonces cuya única riqueza fue ésa, a nadie se le había ocurrido instalar las desalinizadoras y los invernaderos que sacaron de la peor de las miserias a tantísima gente de allí, no sólo Roquetas de Mar y otro playero turismo. Escucho esta música, lo único genial de esos filmes "La muerte tenía un precio" "Por un puñado de dólares", sabiendo que al ser música de película, cual si fuera de Beatles y otros Dylan, ¿qué mundialidad se salvaría de sabérselas, tenerlas por oídas, Argentina también? Las escucho pensando que también estuviesen en tus oídos.
Y me digo que tantos desconocen lo del PRECIO DE LA MUERTE, aunque nadie ignore, ni pueda tirar la piedra del no haberlas cometido, las bajezas que pueden realizarse Y SE REALIZARON Y REALIZAN POR UN PUÑADO DE DÓLARES.
EL PRECIO DE LA MUERTE: POR UN PUÑADO DE DÓLARES que te dejaron morir.
A tí físicamente, aunque tanto de tu obra, si hubieses vivido hasta 2002 como tú te pronosticaste en 1962 a diez años de tu muerte.
A mí enteramente.

Me estoy alargando como un poema dedicado al océano, dijo. Cuando todo ha concluido, o CONCLUIDO ESTUVO DESDE SIEMPRE. Bien se hubiese podido ahorrar el SEER jamás escrito con dos ee. Para este estar, estar de todos, muy bien hubiese podido ahorrárselo.

Grupo poético de Sombra & Sombra. Dentro de mí con ella que es yo