Y la Patri Venti esta otra sorpresita nos deparaba (estocada al título)

Parlamento del fulano de la fotografía que verán si van al blog de la Venti, para nada pienso subir de nuevo a ninguno de mis diarios: "No puedo precisar en qué momento, sin proponérmelo, empecé a distanciarme de Alejandra. Olvidaba las citas que hacía con ella, pasaba semanas y meses sin llamarla por teléfono. Culpable y sin poder explicar mi comportamiento descortés, leía la tarjeta que ella había deslizado bajo la puerta de mi departamento y que todavía conservo entre mis papeles: “Juanjo querido ¿te olvidaste de nuestro rendez vous? Traía tantas cosas lindas para vos. Llamame cuando encuentres un segundo para tu Alejandra”.
Buen momento para distanciarse de toda mujer,
lo dicen todos vuestros manuales de aprendices de sementales,
ni siquiera llegáis al acto con la lección aprendida
(quizá sí cuando violáis en grupo niñas de 14 años,
y de la lección que lleváis aprendida
hasta haciéndolas arder, en cuerpo por supuesto,
y hasta las cenizas, enseñáis, así colectivamente,
en grupo, macho gregarismo que fuisteis siempre,
a esas infancias a vosotros inmoladas o por)
es después de haber follado,
sobre más si la mujer es tan pobre en bienes materiales
como, otro estorbo para largas relaciones entre ambos sexos,
rica en alma,
ese intelecto de las mujeres que nos molesta más que nos asusta
ya que sabemos que las competencias siempre saldrán a nuestro favor,
no en vano somos la polla en un mundo hecho por-para las mismas
¡y utilizando a las putas de menestrales para tal fin, si fuimos listos!,
ese intelecto de las mujeres que nos molesta más que nos asusta,
o que nos asusta cuanto nos molesta
de saberlo superior.
Transfollantis olvidantis
sobre todo si pobrísima
de lo tan inteligente.
¿Qué más os interesa conocer de todo agujero que os sirva de criatura,
o de toda criatura que os sirva de agujero?
¡Qué gran importante, ¿por aquello de su altura
comparado con lo bajito de ella?,
qué gran importancia la del fulano
que olvidaba las citas que hacía con ella!

Para arrancarles la piel a escupitajos
si los escupitajos fuesen látigos,
como en su día dije de las lágrimas:
si fuesen cuchillos afilados.